Muchas gracias por asistir a esta concentración.
Vuestra presencia aquí y vuestro apoyo, en casa,
en el trabajo, on-line y en cualquier lugar
es exactamente lo que se necesita
para mantenernos fuertes.
Desearía de veras poder estar con vosotros en persona.
No puedo esperar a estar de vuelta en Melbourne,
de donde guardo gratos recuerdos como tomar un tranvía hacía la calle Swanson,
dejarme caer por Trades Hall
y tomarme mi café favorito en la New International Bookshop.
Pese a que estamos separados en este momento,
sigo regularmente las noticias de casa.
Me he sentido reconfortado,
no sólo por las historias de apoyo a nuestra organización,
si no también por las historias de coraje y bondad
que los australianos de a pie
han mostrado los unos para con los otros durante las inundaciones.
Es esa también una situación reconfortante
para todos aquellos que creemos
en la decencia básica humana.
Como periodista estoy acostumbrado a dar noticias
más que a pronunciar discursos en concentraciones.
Pero estos no son tiempos normales.
Los tiempos que estamos atravesando en este momento constituyen
un desafío generacional.
La lucha por los Derechos Civiles de EE.UU. en la década de 1950
también constituyeron un desafío generacional.
Al igual que el Movimiento por la Paz de finales de 1960,
los movimientos Feministas en distintos periodos del siglo 20
y el despertar de la consciencia medioambiental que se está afianzando en estos últimos años.
Para la generación de Internet
éste es nuestro desafío y éste es nuestro tiempo.
Apoyamos una causa
que no es más radical que la proposición
de que la ciudadanía
tiene el derecho a escrutar al Estado.
El Estado ha afirmado su autoridad a través de la vigilancia,
el seguimiento y la reglamentación de cada uno de nosotros.
Escondiéndose al mismo tiempo tras las capas
de la seguridad
y la opacidad.
De seguro que era sólo cuestión de tiempo
que los ciudadanos echásemos marcha atrás para exigir nuestros derechos.
Esto me lleva a otro punto.
Nosotros en WikiLeaks reconocemos la diferencia entre lo secreto y lo privado.
Los individuos,
no los Gobiernos,
tienen el derecho a la privacidad.
Los Grandes Poderes deben rendir cuentas
mientras que los débiles
deben ser protegidos.
Nosotros creemos
en la transparencia del Poder, no en la transparencia de la gente.
Nosotros publicamos material que es de importancia pública.
Para nosotros, como para la Corte Europea de los Derechos Humanos y la Corte Británica de Apelaciones,
el factor decisivo que equilibra la protección de la vida privada
frente a la libertad de expresión debe residir en la contribución
que el material pueda hacer en un debate de interés general.
Es sin duda una cuestión de interés público
que los políticos Australianos
informen secretamente a embajadas extranjeras
facilitando de hecho inteligencia política sobre el gobierno de Australia
al mismo tiempo que ocultan estos hechos vitales
a aquellos que en realidad los han elegido para el cargo.
WikiLeaks ha proporcionado esta importante información al público.
Es sin duda una cuestión de interés público
que la Secretaria de Estado de EE.UU.
Hillary Clinton
haya llevado a cabo una campaña secreta de inteligencia
dirigida a los líderes de las Naciones Unidas pidiendo contraseñas, ADN,
claves personales de encriptado, números de tarjetas de crédito, direcciones de correo electrónico, etc.
Dicho objetivo es ilegal
bajo la convención de 1946 de Prerrogativas e Inmunidades de la ONU
e ilegal bajo la Convención de Viena de 1961
sobre Relaciones Diplomáticas.
Y es sin duda una cuestión de interés público
que el Gobierno Laborista
haya estado trabajando de forma secreta para evitar el procesamiento
de las personalidad militares Indonesias
que asesinaron a un periodista Australiano en Timor Oriental.
WikiLeaks también brindó dicha información al público.
Podría parecer que el actual Gobierno Laborista está haciendo lo que el Gobierno Laborista hizo
en 1975 respecto a Timor Oriental -
- hablar de derechos humanos
mientras resta importancia a los ataques a periodistas.
Porque vosotros y yo no deberíamos tener ninguna duda en una cuestión,
somos un medio de comunicación,
soy un editor y soy un periodista.
He sido miembro de la "Alianza de Artes, Entretenimiento y Comunicación",
la mayor unión de periodistas de Australia, durante años.
Publiqué mi primer libro cuando tenía 25 años.
Ha habido llamamientos escandalosos
e ilegales para asesinarme a mí y a mi equipo,
casos claros de incitación a la violencia -
- pese a lo cual el gobierno Australiano ha tolerado este comportamiento
mediante su silencio diplomático.
Me parece interesante que algunos políticos
no tengan la intención de aplicar el principio de precaución
en lo que respecta al entorno
pero lo invoquen en el caso de nuestras publicaciones.
Conjuran escenarios hipotéticos
y claman que de alguna forma algún día
nuestras historias podrían dañar a alguien de algún modo.
Pero tenemos una historia de cuatro de publicaciones -
- una historia en la que ni un solo individuo ha sufrido daño alguno.
No proporcionan ninguna evidencia de daño real.
Así que yo os digo: lo que se afirma sin pruebas se puede rechazar sin argumentos.
Y es interesante ver cómo algunos políticos
nos eligen a mi equipo y a mí mismo para atacarnos
mientras nada dicen acerca de las matanzas de miles a manos de militares estadounidenses u otros dictadores,
y nada dicen sobre otros medios de comunicación mucho más grandes y poderosos
que publican material en colaboración con nosotros.
Es cobarde intimidar a un pequeño medio de comunicación -
- pero eso es lo que está sucediendo aquí.
Estamos eternamente agradecidos por vuestro fuerte apoyo,
ayudándonos a hacer frente a estos matones.
Julia Gillard debería tomar medidas activas
para llevarme de vuelta a casa y proteger a nuestra gente.
Debería contactar con la embajada estadounidense
y exigir una marcha atrás.
Y respecto al futuro, estamos más decididos que nunca.
Con vuestra ayuda y apoyo
encontraremos nuestro camino en mitad de esta tormenta
y continuaremos publicando
y pidiendo cuentas a las organizaciones poderosas y abusivas.
Quiero aseguraros
que no imitaremos la timidez y la sumisión al Poder
que otros medios de comunicación practican.
Si eso es lo que significa volverse comercial
estamos contentos de quedarnos donde estamos -
- en primera línea de la verdad.
Intentaremos, como soñó Don Chipp,
mantener honestos a los bastardos.
Nos conmueve profundamente la preocupación
que los Australianos han mostrado hacia nosotros,
pero os pido que transforméis vuestra preocupación en acción.
Insistid
en que los ataques a mi equipo
y mi organización cesen.
Insistid
en que se me permita volver a casa.
Insistid
en que el Gobierno Australiano aclare
todas sus relaciones
con poderes extranjeros
respecto a nuestra organización.
Gracias por vuestra buena voluntad.
Nosotros mantendremos la fe en vosotros y vosotros nos mantendréis fuertes.