Una investigación encabezada por el profesor Eske Willerslev del Centro de Biogenética en la Universidad de Copenhague, muestra que los seres humanos modernos colonizaron el mundo dos veces. Esto contrasta con la previa creencia científica que la humanidad descubrió el mundo fuera de Africa en una sola ola de emigración. La investigación muestra que los aborígenes, que son la población indígena de Australia, son los únicos descendientes de esta primera ola de emigración. Los cuatro padres de los aborígenes emigraron hace aproximadamente hace 70.000 años y llegaron a Australia hace unos 50.000 años. Es realmente muy sorprendente imaginar el viaje que los antepasados de los aborígenes australianos hicieron. Lo que quiero decir es que hay que tomar en cuenta que en ese momento, hace 70.000 años, toda Asia era territorio completamente inexplorado para los seres humanos con anatomia moderna. Así, mientras nuestros antepasados, los asiáticos y los europeos, estaban sentados en algún lugar de África o potencialmente en el Medio Oriente, sin atreverse, por así decirlo, a explorar el mundo, estos chicos realmente se esparcieron por este territorio sin descubrir y llegaron a Australia hace por lo menos 50.000 años y cruzando el mar. El estudio se deriva del ADN de un mechón de pelo de 100 años de antigüedad, similar a este. El mechón de pelo pertenece a un aborigen originario de la región de Goldfield del sur de Australia Occidental. El equipo de investigación, de la Universidad de Copenhague, ha logrado aislar y clasificar el genoma extraído de este mechón de pelo. Esto es posible ya que el ADN encapsulado en pelo está bastante bien protegido de los estragos del tiempo. Y el análisis del genoma ha demostrado que los seres humanos modernos, los Homo sapiens, poblaron el mundo en dos olas de migración. La primera ola ocurrió aproximadamente hace 70.000 años, llegando hasta Australia. La segunda ola, involucra la mezcla con los familiares de los aborígenes en Asia, pero nunca llega a Australia. Esto cambia realmente la concepción de que tan similares genéticamente son las personas que están fuera de África. Ahora resulta que su material genético es mucho más diverso de lo que pensábamos y, es posible que en uno o dos años, de hecho creo que es muy probable, veremos otros estudios que demuestren que hubo otras olas de migración adicionales en Asia y Europa, de las cuales aun no sabemos.