Es el descanso. Los equipos están en los vestuarios discutiendo qué hacer para ganar este partido en el segundo tiempo. Es el descanso en América también. La gente no tiene trabajo y sufre. Y todos se peguntan qué van a hacer para volver a trabajar. Y todos estamos asustados, porque esto no es un juego. La gente de Detroit sabe bastante de esto. Lo perdieron casi todo. Pero nos tranquilizamos, y ahora la Ciudad del motor vuelve a luchar. He vivido muchos tiempos difíciles, muchos momento de crisis en mi vida. Y tiempos en los que no nos entendíamos. Parece como si hubéramos perdido nuestro coraje a veces. Cuando la niebla de la división, la discordia y echarse la culpa dificultaba ver lo que había más adelante. Pero después de esas dificultades, nos agrupamos todos alrededor de lo que era correcto, y actuamos todos a una. Porque eso es lo que hacemos. Encontramos la forma de abrirnos paso en los tiempos de crisis y si no encontramos un camino, lo labramos. Lo que importa es lo que tenemos delante. ¿Cómo nos recuperamos? ¿Cómo lo hacemos juntos? Y, ¿cómo ganamos? Detroit nos demuestra cómo se puede hacer. Y lo que es cierto para ellos, también lo es para todos nosotros, Este país no puede ser tumbado de un puñetazo. Nos volvemos a levantar en seguida y cuando lo hagamos el mundo va a oír el rugido de nuestros motores. Sí, es el descanso, América. Y nuestro segundo tiempo está a punto de empezar.