Aún los animales comunes se permiten actividades extrañas. Los gatos de todas partes se sienten irresistiblemente atraídos por una planta aparentemente insignificante. En la presencia de la hierba gatera, hacen lo inesperado. No sólo comen sus flores. Se untan, olisquean y mastican sus hojas. [Ronrroneo] Los gatos son extrañamente adictos a esta fragante hierba. Regresan por una dosis de su fuerte fragancia, una y otra vez. Sus aceites aromáticos los vuelven retozones y juguetones. Al caer más profundamente bajo su influencia, su talante cambia de un modo extraño. Así como se revuelcan en un éxtasis aparente, cazan ratones imaginarios. Esta extraña conducta es activada por químicos parecidos a los de la orina de los machos. Al cortejar a las hembras se retuercen de esta manera provocativa. Pero, extrañamente, la hierba gatera afecta a ambos sexos. Los gatos, incluso, heredan esta sensitividad. Tres cuartas partes son afectados de alguna manera. Este extraño viaje muestra cómo los químicos naturales influencian la conducta animal y revelan mucho sobre nosotros mismos.