El Arte...
...en cuestión
Un niño
dos,
y tres
reunidos alrededor de su mamá.
Un cuadro firmado Luisa Vigée-Lebrun.
¿Otra tierna escena de felicidad familiar?
Sin embargo, hay algo de lúgubre :
el palacio está vacío y frío
un espeso velo sombrío se cierra sobre la cuna
se acercan unas sombras...
Esta mujer es María Antonieta, la última reina de Francia.
Le quedan siete años de vida :
Al término de la Revolución francesa, será condenada a muerte...
Ya sabe que el pueblo la odia.
El cuadro es su última tentativa para reconquistar la opinión a través de la imagen.
¡En vano!
Por lo tanto ¿el fracaso de la reina significa el fracaso del cuadro ?
¿ El cuadro merece más que estar guardado en el estante de las obras de propaganda?
Episodio 4 : Vigée-Lebrun * María Antonieta y sus hijos* - *¿De la "comunicación planeada" a la guillotina ? *
Parte 1 : Análisis de una "comunicación planeada"
No nos dejemos engañar :
Este cuadro muy llano esconde una estrategia de comunicación
que responde a tres errores pasados :
Primer error : * la "fashionista" atolondrada* .
La pose de actriz desenvuelta,
delante el telón y la humeante iluminación,
el diluvio de figurines y ornamentos,
el vértigo de las pelucas...
... ¡se acabaron!
Con un cojín con forma de pedestal,
sentada en un sillón,
apoyada en una sólida columna clásica
y un escenario austero,
la reina recupera así toda su autoridad.
Segundo error : *la pastora bohemia* .
Esquivando sus deberes de reina, María Antonieta había huido del palacio de Versalles
hacia su pueblo artificial del Trianón .
Es tan agradable pasearse con sombrero de paja
y con sencilla camisa importada de Inglaterra.
"¡Así lo hacen las amiguitas! "
Pero *que una reina* se muestre al pueblo en esas fachas,
¡es pura provocación antipatriótica!
Retorno a Versalles, frente a la *Galería de los Espejos* del ilustre ancestro Luís XIV.
Corona,
flor de lis :
estamos sin duda en la casa de una reina de Francia
Retorno al vestido vintage de terciopelo rojo,
color del poder
y un guiño a la reina precedente,
sencilla y devota.
Tercer error : *la devoradora de diamantes* .
Es conocido el gusto de la reina por las joyas,
tanto que una dama intrigante maquinó una estafa
usando su nombre.
Es " *el asunto del collar*"
La reina no tiene nada que ver, pero el escandalo la salpica.
Por lo que se aplica el plan de austeridad :
ni collar ni diamante.
Bien calculado.
El cuadro se expone en Paris.
Pero ya es *demasiado tarde* :
el pueblo ya no confía en la monarquía.
El Estado, comprometido con la guerra de independencia americana,...
...está en deficit crónico.
Profundamente endeudado, está al borde de la bancarrota.
Millones de prestamistas temen por sus ahorros.
Conocida por sus gastos, la reina sirve de chivo expiatorio :
"Señora Deficit", "la Austríaca" es acusada de arruinar voluntariamente a Francia.
Por lo tanto, para recobrar la simpatía de los Franceses, María Antonieta debe innovar.
Lo hará asumiendo su papel de madre.
Parte 2 : *La Maternidad en el poder*
¿Una "reina madre"?
A priori, ¡nada original!
Darle herederos al rey : es la vocación de cualquier reina de Francia
Las que habían precedido a María Antonieta solo aparecían como *intermediarias biológicas* entre :
su marido, el rey, ...
...y su hijo, el futuro rey.
Y en la Corte de Austría, cuando María Antonieta era niña ...
su madre exhibía orgullosamente su prole
representada como *adultos miniatura* autónomos.
Pero aquí, ocurre otra cosa :
primero la composición *en triángulo*...
...está inspirada de las sagradas familias del Renacimiento italiano :
¡lo sagrado vuelve a salir a flote!
Segundo aspecto, más moderno :
un lazo afectivo sincero une la madre a sus hijos...
...los cuales tienen derecho a ropa adaptada a sus necesidades, sin peluca ni espada.
En el origen de este cambio, está el filósofo Juan Jacobo Rousseau
quien les pide a las madres dejar el libertinaje
para volver a encontrar un papel cívico valorizante
como educadoras de los futuros ciudadanos instruidos.
La referencia es Cornelia, matrona de la Roma antigua :
desdeñando las joyas,
declaró que su bien más preciado eran sus hijos.
Se entiende mejor el papel de este mueble, un guardajoyas,
relegado a proposito en la sombra
para que destaquen los hijos presentados a la Nación.
Maternidad sagrada y cívica :
¡la reina mata *dos pajaros de un tiro*!
Pero el sentimiento materno también es cuestión de moda :
numerosas damas elegantes exhiben a sus hijos en los cuadros...
...mientrás que los siguen abandonando a las nodrizas.
La opinión sospecha que María Antonieta es una de ellas
y prefiere concentrarse en un detalle lúgubre :
¡la cuna vacía!
Estaba destinada a la princesa Sofía,
pero se murió antes de que se terminará el cuadro.
¿Tendrá piedad el pueblo?
No, se opina que la expresión de la reina no es acorde :
despreocupada,
distraída,
en conclusión, una *mala madre*.
Argumento retomado siete años más tarde por los jueces revolucionarios
que ¡hasta la acusaron de incesto!
Jaque a la reina : el cuadro no la salvará.
Y nosotros, ¿debemos salvar el cuadro?
Parte 3 : *Ser reina frente a la opinión*
Podría uno dudar :
refrenada por un encargo administrativo,
la pintora Vigée-Lebrun no pudo expresar la originalidad que le daba exito.
Reposaba en una fórmula innovadora que proponía a sus clientes :
no sólo corregía las imperfecciones físicas de sus modelos, ...
... pero también ella arreglaba sus peinados y sus atuendos
adios a los códigos indumentarios tradicionales,
hay que dar paso a lo relajado elegante que revela la belleza natural.
Y antes que nada, incita a las mujeres a manifestar en público su *personalidad privada* :
¡sonrisa!,
¡espontaneidad!,
¡ternura!
La posteridad del cuadro se sitúa por lo tanto en otro terreno
que se va a revelar en el siglo XIX.
Lejos de la morgue de los monarcas de antaño,
el retrato oficial debe ser ahora del gusto del público burgués
y reflejar sus valores morales.
Es la buena madre de familia que sirve de referencia en política.
Victoria, la mujer más poderosa del siglo XIX, no escapa a la regla.
Los mismos Franceses, a través de la imagen de Marianne
escogen para sí a una madre nutricia e instructora como símbolo republicano.
Y, menos de un siglo después de Vigée-Lebrun, ya no se perciben contradicciones
entre los diferentes retratos de María Antonieta.
Al lado de su papel de madre, se afirmaba como creadora de un estilo propio:
él del lujo campestre y refinado del Trianón.
En su época, ese lujo relajado se percibía como un indicio de depravación
incompatible con la maternidad,
mientras que en el siglo siguiente, se vuelve un deber de soberana al servicio de la economía nacional :
madre ejemplar, la emperatriz Eugenia, acompañada por sus damas de honor,
impone al mismo tiempo al resto del mundo el estilo de la moda francesa.
Así, este retrato inaugura una era nueva
en la cual pintores y soberanos
ya no pueden ignorar a *la opinión pública* .
Proximo episodio : Rembrandt - * El Regreso del Hijo pródigo Después del amor de una madre, el de un padre*
Más información en : www.canal-educatif.fr
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Esta película existe gracias a la contribución de numerosos patrocinadores y benévolos
y al apoyo del Palacio de Versalles
Voz off
Montaje y videografismo
Postproducción y toma de sonido
Selección musical
Música
Créditos fotográficos
Agradecimientos subtítulos franceses : CED
Traducidos por Elisabeth Ramírez
Una producción del CED